Hablábamos la semana pasada sobre las diferencias que existen entre un psicólogo y un psiquiatra recomendando la lectura de este post . Allí veíamos que, a pesar de que la psiquiatria y la psicologia son disciplinas muy diferentes entre sí, a menudo son confundidas puesto que ambas se ocupan del cuidado de la salud mental.
Si hablamos de la diferencia fundamental entre psiquiatría y psicología lo primero a lo que hay que hacer referencia es al tipo de formación de cada una: el psiquiatra es médico y después de estudiar la carrera de medicina debe especializarse vía MIR en psiquiatría; para ser psicólogo y poder tratar pacientes hay que estudiar la carrera de psicología (sin necesidad de pasar por medicina) y, posteriormente, o bien especializarse en psicología clínica vía examen PIR en un hospital o bien especializarse en Psicología General Sanitaria cursando un máster específico. El recorrido del psicólogo tiene un abanico de posibilidades más amplio en el sentido de la formación, pero a través de las dos vías se adquiere la acreditación legal para tratar a pacientes con la diferencia de que el psicólogo clínico puede hacerlo en un hospital o centro de salud y el psicólogo general sólo puede hacerlo fuera de este ámbito. En conclusión, la diferencia fundamental entre psicología y psiquiatría la encontramos en que el psiquiatra, por ser médico puede prescribir medicamentos y el psicólogo no puede hacerlo, lo que se traduce en diferencias inevitables en la práctica clínica.
Según el artículo que recomendábamos la semana pasada el psiquiatra trata al paciente desde una perspectiva biologicista por el hecho de prescribir fármacos y el psicólogo tiene en cuenta los aspectos relacionados con el contexto social del paciente. Con respecto a esto tengo que deciros que discrepo en parte puesto que en psiquiatría sí se tiene en cuenta, y mucho, el contexto social del paciente y los aspectos relacionados con el estilo de personalidad de los pacientes y no sólo tenemos en cuenta su biología y fisiología. Analizar el caso de un paciente implica profundizar en el origen del problema y por eso me gusta explorar las situaciones, las conductas y los pensamientos que han llevado al paciente a pedir ayuda en mi consulta; de igual modo, considero imprescindible que el psicólogo sepa distinguir cuándo el síntoma del paciente se puede beneficiar de ayuda farmacológica para avanzar en la terapia.
Se dice también que el psiquiatra, por el hecho de trabajar con medicación, lo hace con los casos y enfermedades mentales graves, y que el psicólogo además de tener su papel en los casos graves, se encarga también de los más leves así como de cuestiones que no necesariamente constituyen una enfermedad. Sobre estas últimas afirmaciones tengo que decir que, si bien son acertadas, no son todo lo precisas que deberían ser. Para el caso de los trastornos graves los psiquiatras tenemos un papel fundamental porque la medicación es un pilar básico y el principal escalón del tratamiento, pero un tratamiento psicoterapéutico adecuado para cada caso es complementario y puede ayudar mucho en el proceso de la recuperación. Pero ¿qué ocurre con los casos más leves? ¿Es un error tratar con medicación o el error es lo contrario? La respuesta a esta pregunta dependerá de las características de cada caso y aquí es donde tanto el psiquiatra como el psicólogo debe aplicar con coherencia todos sus conocimientos para discernir cuál es la opción más adecuada. No hay normas estrictas al respecto pero sí distintas opiniones: hay corrientes que están en contra de la medicación y hay corrientes que no creen en la eficacia de la psicoterapia.
La experiencia a mí me dice que los mejores resultados en el tratamiento de casi todos los pacientes suelen obtenerse cuando se combinan los dos tratamientos: medicación y psicoterapia. Esto implica explorar a fondo todos los factores que influyen en la aparición y el mantenimiento de los síntomas, de forma que si en un paciente con ansiedad observamos rasgos en su personalidad que favorecen que el síntoma aparezca, además del tratamiento farmacológico será conveniente el tratamiento con psicoterapia para ayudarlo a controlar esos rasgos que han llegado a perjudicarle (por ejemplo, ser muy perfeccionista y pretender que todo salga bien) y así prevenir episodios de ansiedad futuros. La psicoterapia puede ayudar a modelar aquellos aspectos de nuestra personalidad que pueden generarnos problemas. Y, del mismo modo, si estamos acudiendo a un psicólogo para superar un problema de ansiedad pero ésta es demasiado alta como para impedirnos seguir las indicaciones del psicólogo, será conveniente recurrir durante una temporada a la ayuda de la medicación para rebajar los niveles de ansiedad y centrarnos en la terapia.
Así es como creo que debemos tratar a nuestros pacientes y para ello es fundamental que psiquiatras y psicólogos nos coordinemos y colaboremos conjuntamente. Por eso hoy he querido hablaros de las diferencias que hay entre psiquiatría y psicología y os quiero dar a conocer el gabinete de psicólogos en Valencia Calma al Mar, uno de los centros psicoterapéuticos con los que colaboro.